Esta meditación es una invitación a explorar, descubrir y reactivar tu sensibilidad natural, recalibrándola en tus cuerpos fisico, mental, emocional y energético.
Es un viaje íntimo hacia la reconexión con tu capacidad de sentir, dar y recibir placer de manera consciente y digna.
A través del contacto respetuoso y nutritivo contigo mismo/a, visitarás los portales más sensibles de tu ser. Cada zona guarda memorias, sabiduría y tesoros de sensibilidad esperando ser redescubiertos.
Lo que se activa en ti, al hacer esta meditación:
✨ Reconectas profundandamente con tu cuerpo físico y energético
✨ Liberas tensiones emocionales y energéticas retenidas
✨ Reactivas tus canales de sensibilidad adormecidos
✨ Despejas memorias guardadas en la piel y los tejidos
✨ Incrementas tu capacidad de sentir y recibir placer
✨ Integras conscientemente todos tus centros de poder
✨ Despiertas tu sensibilidad luminosa natural
✨ Incrementas la confianza en tu cuerpo y tu sensualidad sagrada
Al realizar esta meditación, despiertas una arquitectura viva de percepción que trasciende lo físico. Reactivas la red subcutánea que conecta cada vello, cada fibra, cada portal sensible de tu ser.
Se iluminan tus 8 portales sagrados: los oídos que escuchan lo sutil, los ojos conectados al corazón, las narinas que reciben el soplo divino, la boca que expresa tu verdad, los pezones que nutren desde el amor, el ombligo como centro de poder vital, los genitales como portales de creación sagrada, y el ano como liberador consciente.
Cada respiración se convierte en luz que viaja por tu cuerpo, disolviendo corazas, expandiendo el placer y recordándote la dignidad que te dio vida.
Una experiencia de retorno a ti
Esta no es solo una meditación, es un acto de revolución íntima. Es regresar a la sagrada neutralidad del presente donde tu cuerpo puede finalmente sonreír, liberar lo retenido y reabrir canales de conexión con tu confianza más profunda.
Cada vez que regreses a esta práctica, regresarás a ti, a tu centro, a tu capacidad de habitar el placer sin culpa y de reconocer tu cuerpo como el templo sagrado que siempre ha sido.
"Todos tus cuerpos guardan tesoros de sensibilidad para que los tomes cuando quieras. Hoy es el momento perfecto para reclamar lo que siempre fue tuyo: tu derecho sagrado a sentir plenamente."